En las actuales circunstancias ya nada es igual en materia de campañas de proselitismo electoral, lo comprobamos ahora mismo por la dura faena de convencer al potencial votante de ser la mejor opción y porque la agenda de recorridos se programan buscando los mejores resultados. Sin embargo, debe subrayarse que los candidatos al gobierno- José Yunes Zorrilla y Rocío Nahle- presentan condiciones muy diferentes y esto influye quiérase o no en el devenir de sus respectivas campañas: José Yunes ha recorrido la entidad “N” número de ocasiones, conoce palmo a palmo el territorio veracruzano, sabe quién es quién en cada lugar o región, en base a su permanente contacto con la gente y sus problemas comunitarios debe tener un diagnóstico preciso sobre cómo atenderlos. Por su lado, la candidata de Morena, Rocío Nahle, ha demostrado que no se compenetró previamente de la problemática social y económica de Veracruz, de allí sus deslices tan notables en el arranque de su periplo; su desconocimiento de la geografía veracruzana le dificulta eslabonar un discurso convincente, prueba categórica son sus balbuceos en el arranque cuando presumía como un logro el número de municipios visitados, menos de la centena, sin percatarse que comparativamente su antagonista lo ha hecho en múltiples ocasiones. No escapa a la observación pública una circunstancia bastante notable: la señora Nahle cuenta con el respaldo de la estructura oficialista, lo cual conlleva inherentes ventajas de índole financiero, mientras que José Yunes Zorrilla se atiene a las prerrogativas disponibles para esos efectos. Un rasgo muy característico que hace diferencia entre ambos diseños de campaña radica en el formato utilizado por Rocío Nahle, similar al de López Obrador de hace seis años por usar corredores separados por vallas metálicas; en cambio, Yunes Zorrilla privilegia el contacto directo y saludo muy personalizado. En eso andan cuando ya están a punto de cerrar un ciclo más de la trayectoria que deben recorrer para colocarse en el ánimo ciudadano como la mejor opción para despachar en Palacio de Gobierno.
Es bastante obvia la diferencia entre las campañas político electorales de antaño respecto de las de hogaño, porque en aquellas el diseño de los itinerarios se definía de acuerdo a un criterio geográfico, combinado con el interés del candidato al gobierno estatal, no había ningún reparo en modificar el calendario porque la campaña era solo un trámite para el candidato del PRI pues nadie apostaba a un triunfo opositor. Movía a curiosidad saber por dónde iba a arrancar la campaña el nuevo mesías, por el Norte o por el Sur o el Centro. En contraste, ahora que nada está escriturado para ningún candidato(@) (al menos en Veracruz) las estrategias participan de manera muy importante, por lo que, a causa de la pluralidad política cada región, ciudad o poblado de regular tamaño adquiere singular importancia. Ayer, José Yunes Zorrilla tuvo un pre cierre de pre campaña bastante exitoso en la periferia de Xalapa con auditorio repleto de simpatizantes, si el entusiasmo allí proclamado es expresión de genuino respaldo hay elementos para reforzar el optimismo. Rocío Nahle estará en Alvarado con similar propósito, aunque es bueno precisar que un evento multitudinario de campaña sirve para abonar la percepción, porque finalmente lo que contará será la capacidad de convencimiento de cada discurso y candidato(@), y por supuesto, los votos.
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